La mayoría de las instituciones no están obligados legalmente a anteponer los intereses de sus clientes a los suyos. Lo que les permite vender servicios de mala calidad solo para cobrar comisiones.
Nosotros en cambio tenemos
responsabilidad fiduciaria, lo que significa que estamos
obligados por la ley a siempre anteponer los intereses de nuestros clientes a los nuestros.
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