Porque una gestión del capital de trabajo es clave para gestionar el COVID-19.
Existen muchas acciones financieras que se pueden tomar para gestionar la crisis económica causada por el COVID-19. Entre ellas está la gestión del...
Existen muchas acciones financieras que se pueden tomar para gestionar la crisis económica causada por el COVID-19. Entre ellas está la gestión del capital de trabajo. ¿Qué es concretamente el capital de trabajo? ¿Por qué se tiene que gestionar apropiadamente?
El capital de trabajo es una categoría de las inversiones que se tienen que realizar en un negocio para poder hacerlo funcionar. Concretamente, se refiere a la inversión que se tiene que hacer en cuanto a activos líquidos, cuentas por cobrar e inventarios.
Los activos líquidos, o caja chica, pueden hacer parecer que no son una inversión, porque al final de cuentas están en efectivo, disponibles para ser tomados en cualquier momento. Sin embargo por supuesto que son una inversión. Siempre se tiene que tener un monto líquido en la caja chica o en la cuenta bancaria para poder pagar los gastos del día a día. Por lo que si le sacamos las cuentas, ese dinero nunca realmente lo sacamos, solo lo reciclamos.
El inventario es naturalmente una inversión. Sucede algo similar que con la caja chica, pensamos que porque está disponible siempre no es una inversión. Pero en realidad si lo pensamos con detenimiento, cuando vendemos dicho inventario lo tenemos que reemplazar, por lo que en realidad el dinero que invertimos al principio para comprar ese inventario siempre se mantiene ahí. De igual forma que los activos líquidos solamente se recicla.
Las cuentas por cobrar son probablemente las más difíciles de entender como inversión. Cuando un cliente se lleva nuestros productos sin pagarnos, está vaciando el inventario. Dicho inventario nosotros tenemos que reponerlo para seguir operando. Es decir, tenemos que pagar más inventario por darle crédito. Dependiendo el tiempo que tome una persona en pagarnos es el monto de inventario que tenemos que comprar adicionalmente. La mayoría de las empresas dan crédito a sus clientes, por lo que siempre tienen un “monto invertido” en sus cuentas por cobrar.
A la suma de estos tres tipos de inversiones: activos líquidos, inventarios y cuentas por cobrar. Se le conoce como capital de trabajo. Es en términos simples, la inversión de dinero que tenemos que hacer para poder operar en el día a día el negocio. +
Lo único adicional que tenemos que considerar en nuestro cálculo de capital de trabajo son las cuentas por pagar o pago a proveedores. Con las cuentas por pagar pasa exáctamente lo contrario que con nuestras cuentas por pagar. Cuando un proveedor nos da crédito, podemos tener inventario sin tener que pagar por él. Realmente él está financiando una parte de nuestras operaciones. Por lo que la fórmula de capital de trabajo es: la inversión en activos líquidos, más la inversión en inventarios, más la inversión en cuentas por cobrar, menos el financiamiento de nuestros proveedores.
La crisis más de corto plazo en las empresas tiene que ver con flujos, no con gastos. Es decir, tiene que ver con que no se pueda tener los recursos suficientes para hacer frente a las obligaciones no con que las empresas en realidad no sean rentables. Por lo que la prioridad en estos tiempos es conseguir flujos de donde se pueda, hacer que la empresa use la menor cantidad de flujos posibles y genere la mayor cantidad.
¿Cómo podemos generar flujos a través de nuestro capital de trabajo? Podemos reducir la cantidad de activos líquidos que tenemos, es decir gastarlos. Podemos disminuir nuestros inventarios, vender o dejar de comprar inventarios que no tienen alta rotación. También podemos disminuir nuestras cuentas por cobrar, cobrarle a nuestros clientes y/o modificar nuestras políticas de cobranza. Finalmente podemos buscar más financiamiento con nuestros proveedores, pedirles que nos dejen pagar a plazos.
Todas las estrategias anteriores las presento de forma simplista. Por su puesto que todas tienen sus consecuencias negativas si nos se tratan con cuidado y no todas aplican para todas las empresas ni de la misma forma. Por ejemplo, asumamos que vamos a disminuir los inventarios, ¿Lo vamos a hacer parejo?. En caso de que no, ¿Cómo vamos a saber qué inventario reducir? La respuesta es: depende. ¿Cuál es el producto con menos afectación a la crisis en cuanto a ventas?, ¿Cuál es el más rentable con las afectaciones a los costos?, ¿Cual genera mejor retorno sobre inversión?, ¿Con cuál tengo que dar menos crédito?, etc.
Además de la complejidad que requiere definir una estrategia de administración de capital de trabajo, la situación se complica al considerar que existen muchas otras estrategias financieras que se pueden tomar para gestionar la crisis. Sin embargo, es fundamental tomar buenas decisiones, ya que si la crisis se alarga, cada peso cuenta.
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